Y esta vez ha sido el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya. Cosa que quiere decir que una empresa listilla recurrió una sentencia desfavorable y la ha vuelto a perder. A su vez ha tenido que pagar las costas del juicio.
Esto es lo que pasa cuando una empresa actúa de manera prepotente y cacique y se niega a dialogar con los trabajadores. Desgraciadamente no es la única que actúa así, y afortunadamente no es la única que sale escarmentada.
Para muestra, un botón:
Quizá lo mejor que pueden hacer los responsables de la Fundació Ave Maria es reflexionar y negociar una readmisión en términos justos para todos. Es la manera más lógica de evitar perder dinero en algo absurdo: pretender que la CNT no puede organizarse en el puesto de trabajo de trabajo.
Y si no tendrán que asumir lo que caiga.
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